PEDAGOGÍA DE LA CONFIANZA
“Si nuestra misión consiste en hacer presente el amor de Dios entre los niños y jóvenes, entonces nuestra acción pedagógica debe ser aquella que se desprende del modo de actuar de Dios hacia el ser humano, debe ser una pedagogía basada en la confianza. Si Dios nos ama por lo que somos en lo profundo de nuestro ser, nos acepta incondicionalmente y confía en nosotros y en nuestra posibilidad de cambio y superación, similar debe ser nuestra actitud hacia cada alumno.
Una pedagogía de la confianza se sustenta en la convicción de la bondad que encierra el corazón humano y en la capacidad de éste para abrirse a dar y recibir amor. Nuestra acción nace de la confianza y la tiene siempre a ella como criterio de discernimiento, incluso cuando debemos poner límites y proponer cambios personales y grupales. Concretamos esta orientación pedagógica cuando somos capaces de mirar a cada niño o joven en forma integral, cuando nos sentimos solidarios de cada uno en sus dificultades y somos capaces de brindarles acogida incondicional y acompañamiento. El fin de este proceso pedagógico es que el propio alumno, que confía en sus capacidades, que confía en quienes le rodean y en el amor de Dios mismo, llegue a asumir su vida, sea capaz de descubrir su vocación a nivel humano y profesional y dar los pasos necesarios para concretarla. Esta vocación es un llamado de Dios a construir el camino de la propia felicidad y expresar el don personal puesto al servicio de los demás y del mundo entero. Este proceso de crecimiento en confianza y autonomía debe darse en todas las áreas que se ponen en juego en la educación de cada persona, también en lo que hace al diseño curricular de cada materia. Esto sólo es alcanzable si buscamos que el alumno desarrolle sus propias capacidades que le permitan captar la realidad del mundo que le rodea y la que se le presenta en clase; que le lleven a elaborar esa información de modo que alcance su propia síntesis a nivel conceptual y también de juicio de valor y que, finalmente, le permitan comunicar a los demás la riqueza personal que se convertirá en su aporte a la sociedad. Una educación centrada en el desarrollo de competencias da alas para volar hacia nuevos horizontes. Esta visión educativa es posible cuando se confía en el alumno.” Ideario Educativo Corazonista. Artículos 53 al 57 |